Papá Goriot (1835) de Honoré de Balzac | Micro reseña

 

“¿Cómo han de aliarse los buenos sentimientos, en efecto, con una sociedad tan mezquina?” (p.210)

“Todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado se profana, y finalmente el hombre se ve obligado a enfrentar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas.” (Karl Marx)

 

Introducción

Papá Goriot de Honoré de Balzac es uno de esos casos particulares en el que puedo expresarme de ella con completa naturalidad. Sin temor a adelantar mis opiniones sobre esta obra, la capacidad que tiene el texto para brindar una postura pesimista a los cambios de la sociedad parisina del siglo XIX dota a la misma de un valor importante para comprender como a partir de la ruptura del romanticismo, se nos presenta una realidad histórica en la que pensar en la expresión neta de los sentimientos resulta ridículo y contradictorio. La moral, la ética y la religión se vuelven servidores fieles de las apariencias sociales, como resultado destaca que, en el capitalismo industrial, la acumulación de riqueza es el motor indiscutible del contrato social. Claramente el texto posee sumo interés en la representación de los personajes como alegorías sociales que se desarrollan a través de sus interacciones, esto se logra a través del juego discursivo de contrastes y expectativas que resulta en la revelación de las contradicciones del discurso dominante. Considero que a través del análisis del personaje de Eugenio podemos encapsular de forma autoritaria muchos de los temas que se exponen en la obra, por este motivo proseguiré mi análisis en la profundización de este personaje.

 

Los dos mundos: la aristocracia y los desposeídos

No quisiera iniciar este apartado sin antes recalcar un elemento que va a ser crucial en toda la obra: la persistencia de aparentar estatus.

Resulta evidente que toda la clase aristócrata tiene como característica clave la pretensión de una clase de riqueza que constantemente se escapa en el aire. Esto resalta por ser una critica directa a los estándares de quienes en ese tiempo acumulaban el capital, reprochando su actitud de aparentar que su patrimonio pueda seguir existiendo por el simple hecho de poseer un título nobiliario o una renta vitalicia. Balzac no se limita a solo eso y también profundiza en aquellos individuos que buscan esta riqueza por los mismos medios de apariencia social y mecanismos de un modelo productivo feudal.

Eugenio de Rastignac es un estudiante proveniente de provincia que pretende poder insertarse en los altos estándares de la vida parisiense. Podemos leer durante toda la obra como se debate respecto a la moralidad y los acontecimientos que lo rodean, resaltando el carácter frívolo y gélido de estas. A pesar de horrorizarse por presenciar la violencia e hipocresía sistemática que se ven envueltos los individuos dentro de la sociedad de Paris, nuestro personaje insiste en mantenerse en esa ilusión ideal. El primer paso que realiza es asumir el mecanismo superficial por el cual los aristócratas se reafirman como individuos con riqueza: los lujos y los placeres frívolos. Siendo, esto a su vez, el primer obstáculo que se le presenta para sus motivaciones, ya que realmente no posee el dinero para ejecutar estos actos. La ingenuidad del personaje nos permite entender la nula conciencia de los desposeídos del origen de la riqueza de las clases altas. Esto último es revelado por dos personajes que se pueden considerar de posiciones completamente contrarias: Vautrín por un lado y Anastasia de Rastignac por el otro. Ambos personajes, a través de sus consejos a Eugenio, le demuestran que para lograr la acumulación de la riqueza es necesario el engaño y la corrupción. El mecanismo de movimiento de riquezas se revela como la concepción ideológica del dinero como eje principal y la podredumbre política como lubricador de la maquinaria social. Se demuestra que la riqueza de los aristócratas se genero a través de la miseria de otros individuos.

Vautrín, consciente de esto, maquila un plan sumamente perverso para obtener riqueza a través de los mismos mecanismos sociales que están en juego en ese periodo histórico: la herencia y el mercado de esclavos. Asesinando como primer paso al heredero de la familia Taillefer y así teniendo como consecuencia irremediable el ascenso de Victorina (que previamente se nos presenta que es desdeñada injustamente por su padre). Claramente la utilización de Eugenio para este plan (casarse con la heredera y así obtener riquezas) se debe a que será manipulable en un futuro por su idealismo e ingenuidad. Nosotros como lectores nos percatamos que el personaje de Vautrín únicamente esta procediendo conforme funciona el sistema, indignarnos demostrará parcialidad de nuestro juicio, ya que Anastasia aconseja a Eugenio que proceda de la misma forma que el delincuente encubierto:

“¡Bien!, señor de Rastignac, tratad a este mundo como se merece. Si quiere usted llegar; yo lo ayudaré. Comprobaras cuán profunda es la corrupción femenina, mediréis la amplitud de la miserable vanidad de los hombres. Aunque yo había leído en ese gran libro que se llama mundo, desconocía aún muchas de sus páginas. Ahora ya lo sé todo. Cuanto más fríamente calcule, tanto más lejos llegaras. Hiera sin piedad, y seréis temido. No acepte a los hombres y a las mujeres más que como caballos de posta, que puede dejar reventados en cada parada, a fin de llegar a la cima de este mundo. Mire, aquí no será nadie si no tienes a una mujer que se interese por usted. Le hace falta una mujer joven, rica y elegante. Pero si tenéis un sentimiento verdadero, escondido, no lo dejé vislumbrar jamás; de lo contrario estará perdido. Ya no será el verdugo, sino la víctima. Si alguna vez ama, guardé su secreto; no lo revelé antes de haber sabido bien a quién abrirá el corazón.” (p. 63)

Ante esta realidad apabullante, Eugenio pretende de alguna manera mantener su estatus moral rechazando la oferta de Vautrín y buscando a su vez una relación amorosa (idealizada) con alguna dama de la aristocracia para poder concretar sus intenciones de acumular riqueza.  Su respuesta ante la realidad que lo supera es normalizando la violencia y la corrupción moral. Esto puede resultar en un eco innegable en nuestra sociedad capitalista tardía que pretende voltear a otro lado cuando la situación que se nos presenta es horrible (miseria, atropellos, desigualdad e inseguridad).

Lo anterior me lleva a analizar la interacción entre Delfina Goriot y el estudiante provinciano, ya que a partir de esta podemos observar el carácter superficial de las relaciones que se concretan dentro de los círculos de poder. Es importante puntualizar que el único afecto que le tiene la hija de Papá Goriot a Eugenio se debe a que la salvo de una situación desesperada. Esto nos demuestra que, en el texto, el interés se contrapone siempre ante los vínculos afectivos y las pasiones, siendo a su vez desplazadas a segundo plano, debido a que no responden a la realidad en el que se desarrolla la sociedad. Esto es sumamente transgresor para la época, debido a que contrasta a la percepción idealizada del romanticismo de las emociones como centro de la realidad humana. Lo anterior nos induce a preguntarnos el papel que conlleva la contraposición ideológica y discursiva del realismo.

 

El Realismo como único motor posible para la obra

Es importante detenernos en este punto, ya que es una de las propuestas literarias más importantes de la obra. Esta claro que el texto pretende realizar una respuesta al idealismo planteado por los romanticistas que presuponen una clase de belleza preestablecida en la existencia humana, reforzándose a través de un constante rechazo a la transcendencia de las personas para resaltar el carácter mundano de la sociedad parisiense. Por este motivo, considero que no resulta exagerado afirmar que la estética de la obra únicamente puede existir gracias a desmitificar los acontecimientos sociales para revelar la cara oculta de todo ese discurso que se estaba estableciendo en Francia. Esto no es de extrañarse, ya que, si nos remontamos al contexto histórico de la obra, podemos resaltar su enmarcación como producto cultural posterior de las revoluciones burguesas. Prácticamente, Papá Goriot es resultado de observar una sociedad convulsa y llena de contradicciones sociales: mientras en los grandes palacios se celebraba la llegada de la libertad, la igualdad y la fraternidad, los desposeídos (posteriormente proletarios) luchaban por sobrevivir a través del posicionamiento del dinero como eje de la existencia humana. El romanticismo dejo de funcionar como una propuesta estética suficiente para explicar los cambios que se presentaban en la sociedad francesa, ya que toda la belleza exhibida a partir del ideal era completamente incompatible con realidad. Balzac, en toda la obra, emplea un discurso directo en donde el texto presenta una prosa descriptiva al detalle que no da cabida a sutilezas narrativas.[1] Le importa remarcar el estado de las cosas en la diégesis para no dejar suficientes áreas de indeterminación en el texto que impidan comprender la postura del autor objetivo.[2] El desencanto de los acontecimientos es el leitmotiv de la novela, ya que se insiste constantemente en el juicio erróneo que tiene Eugenio ante los mecanismos sociales. No importa y no importará las buenas intenciones mientras la sociedad insista en el posicionamiento del dinero como fuente principal de estatus, podemos hablar de que lo anterior es la transgresión de toda la superestructura ideológica feudal que se caracterizo por la imposición de ideales para perpetuar relaciones de poder monárquicas.

 

Conclusiones

Comprendo que me deje en el tintero muchísimo material fructífero para ser comentado[3], pero considero que realice un trabajo suficiente para enunciar y analizar los principales puntos que pretende abordar la obra. Creo que como critico es importante resaltar el contenido que ayude a contraponer la ficción con la realidad histórica imperante y considero que la obra de Balzac resalta por poseer mucha relación con el momento histórico que estamos pasando. Es importante destacar que no comparto la visión absolutista de la obra que posiciona a los desposeídos como seres completamente iguales a los aristócratas, claramente las diferencias de clase son notables y aunque la motivación social sea por medio del dinero, eso no exenta que la disponibilidad de acumular riquezas es más baja en el caso de los que no poseen una herencia o beneficios sociales. Por otro lado, considero que el desarrollo de otros personajes secundarios (Poiret, Valeriana, Michonneau, Silvia o Cristóbal) pudo haber sido enriquecedor para realizar un retrato más amplio del fenómeno que pretendía Balzac representar. No quiero que se tome lo anterior como una propuesta de reescritura o fallo garrafal, sino la posibilidad magnifica que tiene la obra de seguir expandiendo su capacidad de describir las contradicciones sociales. A pesar de esto, reconozco el gran valor de la obra como un acercamiento más severo y frío a la supuesta revolución por la libertad que se tiño posteriormente de dispositivos que perpetúan la esclavitud del hombre.

10/10



[1] El texto muestra las posturas de Vautrín y Anastasia que por inducción lógica se puede observar que son las mismas. Como acto seguido, el texto remarca su parecido.

[2] Esto puede constatar con la postura romanticista de permitir al lector de introducir también su perspectiva emotiva.

[3] El personaje del Papá Goriot y su rol como padre, los desposeídos como contraparte complementaria de la aristocracia, critica a la religión, entre otros.

Edición leída: Balzac, H. (1835). Papá Goriot. Editorial Porrúa Hermanos.

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