La invención de Morel (1940) de Adolfo Bioy Casares | Reseña y Cierre del Segundo Periodo Literario
Un discurso sobre la inmortalidad y la ciencia ficción en
la literatura en lengua española: La invención de Morel
Advertencia: Me disculpo de la brevedad y poco
desarrollo de los juicios presentados.
La novela que hoy me compete es
una de las más destacadas dentro de la producción literaria de Adolfo Bioy
Casares, inclusive categorizándola como “perfecta” por su amigo Jorge Luis
Borges. A pesar de este juicio previo, tengo que admitir que inicié la lectura
de esta con una cierta incredulidad y sin pretensiones de encontrar la
perfección. Puedo afirmar con todas las letras que conlleva que no estamos ante
una obra perfecta, mas es evidente que es una novela destacable dentro de su género
literario.
Sin pretensiones de explicar la diégesis,
puedo afirmar que la construcción de los sucesos presentados posee una serie de
herramientas magistralmente empleadas. La tensión, la intriga y el uso de
indeterminaciones planificadas permiten que la obra despliegue su contenido temático
de forma general. Tengo algunas reservas sobre esto, ya que dentro de las áreas
de oportunidades de esta novela se encuentra el hecho de que únicamente presenta
los temas a tratar sin más, olvidando desarrollar el contenido temático que da
más de sí que una simple reflexión de la capacidad humana de trascender a
través de tecnologías que imprimen registros más sofisticados de nuestro paso
por el mundo. Esta claro que existe un mayor peso en la forma en que es contada
esta historia de horror tecnológico. Sin embargo, es evidente que se deja de lado
el sustento filosófico que permite realizar una reflexión más profunda.
Sin profundizar en más detalles
considero que es una novela destacable[1]
e interesante[2],
pero dista de la perfección discursiva y literaria que defiende Borges. Nada más
que agregar.
8/10
Esta será la última obra leída dentro
de mi segundo periodo literario y estoy conforme con los resultados obtenidos.
A pesar del despliegue reducido y sumamente apresurado de mis juicios aquí
escritos, considero que produje varios análisis que, con el debido refinamiento,
llegarán a ser excelentes piezas críticas. Puedo reconocer una clase de cambio
dentro de mi capacidad deductiva y analítica en las obras literarias, aunque
considero que debo de desarrollar mejor la interconexión entre elementos del
contexto social de la producción literaria. Puedo puntualizar ciertos elementos
que hasta ahora quisiera que fuera parte de mi capacidad crítica:
· Análisis situacional de la producción material
de la obra.
· Análisis personal de la vida del autor objetivo.
· Análisis del fondo y la forma sin aislarlas
como categorías independientes, sino como elementos que se estudian en conjunto
(a través de sus interacciones y contradicciones).
· Instrumentalización de la crítica literaria como
herramienta para que la clase desposeída, proletaria, trabajadora, obrera o
como sea el nombre que se le atribuya pueda ejercer un juicio crítico de las producciones
hegemónicas que se editan y se reconocen.
o
Ignorar esto únicamente provoca recaer en un
idealismo absurdo de la literatura como elemento independiente de la vida
social del ser humano. Siendo totalmente falso, ya que inclusive el contenido
que consumimos finalmente tiene algún objetivo para la clase dominante.
[1] Debido
a la capacidad de la obra de presentar un preludio del horror causado al inevitable
y furioso desarrollo tecnológico de mediados del siglo XX.
[2] El
uso de elementos paratextuales (notas pie de página) y la propuesta literaria
permiten observar pretensiones vanguardistas que vayan mucho más allá de la
manera común de contar historias.
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