Poema de Mio Cid (1200) | Reflexión

Después de mi lectura de este cantar de gesta, me vi en la necesidad de comentar algo que no se suele discutir dentro de los círculos literarios o académicos y es sobre su proto-crítica a la nobleza por encima de la virtud.[1] Para esto es necesario retomar el pasaje de la corte organizada por el rey Alfonso ante la afrenta de los infantes de Carrión hacia las hijas del Cid. Observamos indudablemente como los intereses de los personajes circulan entre cuatro conceptos fundamentales: justicia, honor, linaje y derecho. Ante esto el que en buena hora nació exige ante el rey la devolución de las riquezas entregadas a sus yernos por haber incumplido el contrato social que estaban obligados salvaguardar. Una vez entregados los bienes civiles, el protagonista exige un duelo para recuperar el honor de sus dos hijas. Los infantes y familiares argumentan en contra, afirmando que, debido a su linaje, ellos tienen el derecho de desechar a cualquier mujer que no sea hija de reyes o emperadores. Aquí podemos observar la primera postura en choque: su nobleza les permite realizar actos que transgreden a los de menor linaje.

El de Vivar insiste ante la negativa y nosotros como lectores nos indignamos ante el hecho de que no se le es reconocida la virtud guerrera del Cid al conquistar Valencia. ¿La sangre es justificación suficiente ante tal atropello a una dama? ¿Qué relación tiene esto con el mensaje encriptado para las clases nobles? No quiero resultar paranoico y forzar una interpretación donde claramente no existe, mas es evidente que existe una tendencia por la búsqueda de justicia por más allá de las concepciones idealistas de nobleza; los actos materiales (manifestadas en victorias militares) se revelan como hechos de mayor valor. En esto tenemos la segunda postura en dialéctica: los hechos militares victoriosos y la virtud se imponen al linaje.[2]

A través de esto podemos leer la síntesis que defiende el texto: derrotados los familiares de los infantes se demuestra que, a pesar de la nobleza, siempre se va a anteponer la virtud militar. En el cantar son despreciadas la cobardía, el alarde de fuerza y la imposibilidad de vencer. La derrota de los infantes es una demostración de la incapacidad en ese tiempo de concebir a una clase dirigente sin la capacidad de ser virtuosos y grandes guerreros. No creo que resulte una locura afirmar que si los nobles por alguna clase de imposibilidad espaciotemporal viajarán al futuro a conocer a sus descendientes estarían decepcionados de lo que se convirtieron: caballeros que juegan a las espadas y mandan a sus vasallos a morir solos.



[1] En este caso la virtud guerrera, fundamental para las clases nobles de ese tiempo.

[2] Exceptuando al del rey, por supuesto.

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